lunes, 17 de mayo de 2021

Anna María Iglesia


Anna Maria Iglesia © CCCB, Miquel Taverna, 2019


La revolución de las flâneuses

La imagen del flâneur recorriendo las calles del París del siglo XIX se ha convertido en un icono cultural. Pero, ¿y las flâneuses? Ellas también existieron, aunque fueran invisibilizadas o denostadas. Su voluntad de hacerse presentes en el espacio urbano y reclamar una voz propia abrió paso a una serie de derechos que aún hoy necesitamos consolidar: derecho a ocupar las calles; derecho a mirar sin ser vistas; derecho a no consumir ni ser consumidas; derecho a existir en solitario; derecho a la autoría. Este recorrido crítico por la historia de las flâneuses, que reúne a un nutrido grupo de escritoras, pensadoras y activistas, es de plena vigencia y se convierte en todo un manifiesto literario y feminista que reivindica el caminar como acto de insubordinación. Anna María Iglesia (1986) es licenciada en filología italiana y en teoría de la literatura y literatura comparada, y doctora por la Universidad de Barcelona con la tesis «La narrativa del espacio urbano y de sus prácticas. El París del XIX y la flânerie». Periodista cultural, colabora con distintos medios —The Objective, El Confidencial, Letra Global, Turia, La esfera de Papel, Altaïr— donde escribe principalmente sobre literatura y el mundo editorial. Es redactora jefe de la revista Librújula en las ediciones en papel y digital. Además de lectora profesional se declara, sobre todo, lectora vocacional.

Editorial Wunderkammer (2019) colección Cahier, 3.

Anna María Iglesia (Barcelona, 1986). Licenciada en filología italiana y en teoría de la literatura y literatura comparada, y doctora por la Universidad de Barcelona con la tesis La narrativa del espacio urbano y de sus prácticas. El París del XIX y la flânerie. Periodista cultural, colabora con distintos medios como The Objective, El Confidencial, Letra Global, Turia, La esfera de Papel, Altaïr, en donde escribe principalmente sobre literatura y el mundo editorial. Es redactora jefe de la revista Librújula en las ediciones en papel y digital. Además de lectora profesional se declara, sobre todo, lectora vocacional.


Las paseantes incómodas

A lo largo de la historia los espacios de poder han sido y siguen siendo masculinos. Hemos avanzado, pero seguimos estableciendo pactos de convivencia condicionados por la autonomía económica y la capacidad de gestión de la organización personal y familiar.

©Ruth Orkin, 1951

Anna Maria Iglesia afirma que el cuestionamiento de esos esquemas es clave del cambio, de ahí que un texto como La revolución de las Flâneuses nos cuestiona sobre un tema siempre vigente, la conquista femenina del espacio urbano por derecho propio. El ensayo hace un recorrido crítico por la historia de la imagen y la presencia femenina fuera del entorno único y natural al cual ha sido recluida, el espacio doméstico.

«Para ellas [las flâneuses] apropiarse de las calles, entrar en aquellos espacios que hasta entonces estaban solo reservados a los hom-bres, era una manera de reivindicarse en el espacio público y de reivindicarse como ciudadanas de pleno derecho.»
Entrevista de Esther Peñas a Anna Maria Iglesia, Solidaridad Digital, mayo 2019.

El itinerario nos lleva desde la mirada a la libertad de caminar o viajar por el simple placer de conocer y disfrutar, de la falsa libertad de la autonomía a la conquista de de la identidad y del espacio propio.
Vivian Gornick declaraba en una entrevista:
 «Cuando yo era pequeña, si una mujer estaba sola y no se convertía en madre y esposa, se consideraba innatural. Por eso, a lo largo de los años, nos han llamado diferentes cosas: mujeres liberadas, mujeres libres, nuevas mujeres...Cada 40 o 50 años, cuando los derechos de las mujeres vuelven a reivindicarse, nos llaman una cosa diferente. Prefiero singulares. Algún día nos llamarán mujeres singulares. […] Formamos parte de un cambio social lento. Cuando era joven, pensábamos que hacíamos una revolució […] La estábamos haciendo, en el sentido de un cambio de la conciencia social. En una revolución, esperas que se produzca un cambio político, pero no es instantáneo. Tardé al menos cuarenta años en ver que es muy, muy lento. Hablamos de un cambio en los hábitos emocionales, y se tarda miles de años en conseguirlo, en rehacernos como seres humanos, de dentro afuera. En eso consiste el feminismo. Como la lucha del racismo: que los blancos vean a los negros como ellos. Va a ser interminable. Y es lo que pasa con las mujeres y los hombres: debemos vernos reflejados en el otro como seres humanos. Los hombres deberían vernos como criaturas humanas, no como instrumentos.»

Entrevista de Inés Martín Rodrigo a Vivian Gornick, ABC cultural, mayo 2018


La vigencia del concepto “paseante” nos atañe en cuanto somos conscientes de que todos, como ciudadanos, formamos parte del espacio urbano, y todos deberíamos habitarlo con la naturalidad de la existencia misma, pero como dice Gornick, la batalla no está ganada y parece que cada generación tiene que volver a reivindicar sus derechos.
Dice Anna Maria Iglesia que caminar es «un arte porque implica una crítica, una transgresión y una reivindicación, es una actividad que incomoda, que interpela al poder» y por tanto, sigue siendo un espacio por conquistar.

«[...] todavía hoy las mujeres tenemos que reclamar nues-tro derecho a la ciudad, un derecho que no puede sino sustentarse en la libertad que confiere el estar seguras en la ciudad, el sentirse legi-timadas y respetadas. El ser reconocidas como sujetos, nunca como objetos.»

Entrevista de Milo J. Krmpotic a Anna Maria Iglesia, Librújula , 2019.



es una convocatoria para que sigamos siendo 
paseantes incómodas.



Escritoras que caminan
Conversatorio entre Anna María Iglesia y Andrea Jeftanovic autora de Destinos errantes



viernes, 5 de junio de 2020

La mirada de Ana Portnoy

En la programación de la semana BCNegra 2014 vi que se anunciaba una exposición de la fotógrafa Ana Portnoy. No sabía quien era, ni dónde vivía, así que localicé su web y le envié un mensaje por correo electrónico. Media hora después sonó el teléfono, y para mi sorpresa dijo: Soy Ana Portnoy. También dijo que respondía a mi mensaje, porque le había gustado cómo le había pedido una entrevista, y aunque esa semana de novela negra estaba muy liada, me propuso encontrarnos en alguna de las pausas entre conferencias.
A mi lista de preguntas respondió con amabilidad, pero de manera entrecortada, antes de comenzar me advirtió que debía estar pendiente de que entraran o salieran autores para hacer sus fotos, así que de pronto me vi corriendo junto a ella, persiguiendo a uno y a otro, viendo como disparaba con rapidez y certeza, siempre con esa sonrisa, que después entendí, era lo que daba confianza a todos los que pasaban por su objetivo. 
Días después volví a comunicarme con ella para enviarle el artículo que había escrito, me pidió disculpas por que durante la entrevista no paramos de movernos de un sitio a otro y no habíamos podido conversar con tranquilidad. Pero verla en acción fue la mejor explicación sobre su trabajo, sobre quien era ella, sobre el cariño y el respeto que se ganaba con cada disparo. Así comenzó nuestra amistad y mi admiración por su trabajo creativo. Un paseo por su repertorio fotográfico es la mejor prueba de su talento, la habilidad y el cariño que ponía en cada retrato. Todas y cada una de las personas le devolvían al momento la sonrisa, la mirada, la emoción, todo quedó contenido en un instante hecho imagen, un suspiro que ahora es eterno.




Aquí trascribimos parte del artículo  publicado en la revista cultural Polen UG. Ver artículo completo aquí 

Un disparo al autor La exposición es una muestra del excelente trabajo de la fotógrafa argentina afincada en Barcelona Ana Portnoy, quien desde hace años ha retratado a grandes escritores como Jorge Zepeda Patterson, Dona Leon, Petros Márkaris, Gustavo Forero, Maruja Torres y doscientos más. El anuncio de este evento en la programación nos pareció excepcional porque es una ocasión única de acercarnos a los autores, de ver su cara e imaginarnos cómo son. Ana Portnoy nos daba esa oportunidad y por ello le pedimos que nos concediera unos minutos -porque no para- y sigue retratando escritores en esta BCNegra 2014.

En nuestro encuentro, nos habló de sus inicios en el mundo de la fotografía, de sus primeras experiencias haciendo retratos familiares y de cómo ganó un concurso en el año 1988, con un reportaje que le permitió por primera vez adentrarse en una historia, y posteriormente colaborar durante cinco años con el dominical de El Periódico de Catalunya; también nos habló de su  trabajo de documentación gráfica en el mundo editorial y cómo a partir de ahí la fotografía tomó un lugar muy personal en su vida. “Hago fotos porque soy muy curiosa. Me gusta mirar, descubrir lo que percibo en un rostro. Y detener ese instante”.
Las fotografías de Ana Portnoy son entrañables pero sobre todo dicen algo, dicen muchas cosas. Con sus imágenes nos habla de un instante, ese que capta con sobriedad y elegancia, con sencillez y cercanía con el retratado, porque ella sabe captar el alma de la gente. Ella sabe mirar, parece que adivina el momento justo en el que la persona va a esbozar una sonrisa, por ejemplo, la del escritor griego Petros Márkaris; quienes hemos tenido el placer de leerlo o escuchado, lo imaginamos así, simpático, sarcástico, inteligente; esto es lo que nos ofrece Ana Portnoy, un instante efímero que capta con su lente, con su magia.
La exposición es sólo una muestra, unas cuantas fotos porque la sala es pequeña, hacer la selección, le resultó difícil y doloroso, porque no quería ofender a nadie, porque elegir el diez por ciento de más de doscientas fotos, era dejar fuera a casi todos; sin embargo sentía que era el momento de mostrar a los autores y de explicar una parte de esas historias reunidas en casi tres años de trabajo.
Siempre le gustó el cine y la literatura, pero fue en la fotografía en donde encontró su manera de comunicación, su modo de contar lo que ella ve, “mi gran obsesión es mirar”. Aprendió de fotógrafos como Carlos Bosch, Humberto Rivas y Elena Schelesinger y creó, sin lugar a dudas, su propio universo y una mirada muy personal.
Un elemento fundamental en su obra es la luz, nunca utiliza flash, recurre a la luz natural, en busca de la imagen sin artificio, en busca de la sencillez que le permita poner en primer plano a su protagonista, que le conceda captar y transmitir el momento efímero de una mirada, un gesto, una palabra contenida, un sentimiento. Ella quiere ofrecernos todo eso en una foto, un suspiro irrepetible que capta en un instante y comparte como un momento eterno.
Nos ofrece la posibilidad de tener algo efímero que permanezca, no importa si para ello en ocasiones la foto está un poco desenfocada, prefiere eso a perder el instante de una expresión. “Porque en la mirada hay algo que no cambia, pueden cambiar las arrugas, el pelo, pero en la mirada hay algo interior que permanece en el tiempo”.
Coincidimos en que para un lector, ver el retrato de un escritor, es casi la única oportunidad de acercarse a la persona. “Eso es lo que busco. A partir de lo que veo, me imagino cosas, es darle la oportunidad a otro de hacerse su propia historia, para que lo evoque según su propia sensibilidad”.
Reportaje de TVL'H del 6 de mayo de 2014 sobre la exposición fotográfica de Ana Portnoy,
"Un disparo al autor", en la Biblioteca la Bòbila
La fotógrafa busca siempre una imagen limpia, cómoda, transparente, su único objetivo es que el espectador vea lo ella vio, que recupere una y otra vez ese instante. Por eso es obsesiva con la luz, la busca, la elije, una luz frontal que no sea dura, nunca bajo el sol. En la búsqueda de la espontaneidad, incluso se arriesga “trabajo al límite del peligro” le gusta desenfocar el fondo para potenciar en primer plano al protagonista de su historia. Es rápida, muy rápida al disparar, da la impresión de que toma la foto sin pensar demasiado, pero es una improvisación muy estudiada, tiene claro lo que busca en cada foto. Debe ser muy rápida porque el gesto se descompone y lo que ella capta se esfuma en un instante. Se comunica con su retratado sin invadirlo, intenta que esté cómodo, relajado. Lo logra, porque entre otras cosas, en sus imágenes no hay artificio, no hay decorados, nada estorba, ni sobra, solo el protagonista y su alma, esa alma que Ana quiere captar, guardar y compartir.
“Hay fotos perfectas que no te dicen nada, quiero que la foto me evoque siempre algo, tal vez la foto no sea perfecta, pero me encanta captar esa expresión, buscar una sonrisa, un fondo desenfocado para que sea más claro que lo importante es la persona”.
La mayoría de las fotos de los escritores están tomadas en la calle “disparo cuando están desarmados” pero lo fundamental para la fotógrafa es que después ellos, cuando se vean, también se reconozcan. Sus fotos son un acto de complicidad que consigue con respeto y convicción, tiene muy claro que desea hacer retratos porque le gustan las personas y sus historias y está convencida que puede contárnoslas.
En el texto de presentación de la exposición, firmado por el escritor Carlos Zanón, leemos “Ana Portnoy es unos ojos, una voz y un corazón; unos ojos que miran, olvidan y perdonan, unos ojos que miran, aman y recuerdan. Ella mira y dispara. No mueve nada de sitio pero cuando guarda la cámara, ya nada es igual, como fotógrafa no molesta ni inoportuna, nunca dispara a quien no quiere, nunca deja prisioneros. Ella llega, dispara y no se va nunca”. Y eso es cierto, las fotografías de Ana Portnoy no se irán nunca, serán el momento efímero que guardemos en la memoria.

Entrevista a la fotógrafa Ana Portnoy realizada por Cristian Vázquez para el programa radial Un lugar limpio y bien iluminado, que él realizaba, junto con Emiliano Albertini, por Radio Ahijuna: www.ahijuna.fm. Bernal, Buenos Aires, Argentina, julio de 2019.

miércoles, 8 de abril de 2020

Helene Hanff


Helene_Hanff_ ©Daily Telegraph obituary

Helene Hanff  (1918 - 1997) Nació en Filadelfia, sus padres eran pobres pero grandes aficionados al teatro por lo que Helene desde muy joven deseó ser autora teatral, sin embargo debido a la Gran Depresión (1929 -1940) que en Estados Unidos duró más de una década, tuvo que abandonar sus estudios por falta de medios económicos pero siguió estudiando por su cuenta.
Ávida lectora, era asidua a las bibliotecas donde encontró  los libros de Sir Arthur Thomas Quiller-Couch (1863-1944) escritor británico que publicó bajo el seudónimo de Q el monumental libro de Oxford libro de verso Inglés 1250-1900 del que se vendieron 500 mil copias,  cuya obra le proporcionó a Helene una larga lista de obras que despertaron su curiosidad y la dotaron de una amplia cultura.
A finales de los años 30 se mudó a Manhattan y obtuvo una beca del Gremio de Teatro para un seminario sobre escritura dramática. En los años posteriores trabajó en la oficina de prensa del gremio y haciendo guiones para la compañía Paramount Pictures, mientras continuaba su camino creativo y su arduo aprendizaje a partir del coleccionismo y la lectura de las obras recomendadas por Q. 
Helen Hanff adquirió de manera autodidacta una vasta formación sobre literatura clásica, no leía autores contemporáneos, su interés estaba centrado en la literatura antigua y del siglo XIX. 

En los años 50 escribió guiones para televisión (basados en muchos de los libros que adquirió en Marks&Co.) como la serie de misterio Las aventuras de Ellery Queen (NBC, 1975-1976), sin embargo durante largos periodos pasó problemas económicos.
En 1961, Helene escribió un libro sobre su vida en el mundo del teatro Underfoot in showbusiness, memorias en donde narra decepciones y momentos de fracaso para los escritores que buscan hacerse un hueco en el mundo del espectáculo entre los años 1940-1950.
El libro fue editado sin mucho éxito y desapareció de las librerías poco tiempo después.



Otros de sus libros tampoco tuvieron buena crítica, textos sobre política o libros ilustrados como Terrible Thomas (1964), Movers and Shakers (1969), fueron considerados como débiles o tediosos.

Primeras ediciones de 84 Charing Cross Road (c.a. !970)


En 1970 publicó 84 Charing Cross Road con el que tuvo gran éxito y su nombre se volvió más popular ya que se hizo adaptación teatral y cinematográfica del texto, sin embargo siempre padeció problemas económicos.
El resto de sus libros no tuvieron la misma acogida. Falleció en su domicilio de Nueva York, a causa de la diabetes, el 9 de abril de 1997.
84,Charing Cross Road Traducción Javier Calzada. Ed. Anagrama

El libro 84, Charing Cross Road.

En 1949 Helen Hanff encontró un anuncio publicado el Saturday Review of Literatura sobre una librería londinense Marks&Co, establecimiento especializado en libros descatalogados, envió un pedido de la lista sugerida por Quiller-Couch y así inició una relación epistolar con Frank Dole y con los empleados de la librería ubicada en el 84, Charing Cross Road que duró 20 años.

En enero de 1969 recibió la triste noticia de la muerte de Frank Dole así que decidió escribir un texto como homenaje a su amigo librero a partir de las cartas que guardaba. Contactó con la viuda de Frank y de esta manera, con su ayuda, pudo completar el libro que se publicó con el título 84 Charing Cross Road. Aunque en un principio las ventas fueron modestas, el boca oreja funcionó y creó lentamente una gran multitud de admiradores, porque el libro llegaba realmente al alma de los lectores.
Gracias al éxito Helene pudo viajar por fin a Inglaterra y conocer a las personas con las que había establecido una relación a través del Atlántico.

El libro publicado por primera vez en Estados Unidos en 1970, tuvo éxito porque llegaba al alma de los lectores. James Roose-Evans (Inglaterra 1927), hizo la adaptación para teatro y más tarde se llevó al cine dirigida por David Hugh Jones (Inglaterra 1934-2008), la protagonista  Anne Bancroft, recibió el premio a mejor actriz en la entrega de los premios BAFTA de 1987.
A principios de los años 70, cuando Helen Hanff pudo viajar por fin a Inglaterra, Marks & Co. ya estaba cerrada.

Charing Cross House

En la casa donde Helen Hanff vivió sus últimos años se conserva esta placa que dice:


De sus muchos años de correspondencia con Marks & Co.,Booksellers, de Londres Helene Hanff (1916-1997) creó
84, Charing Cross Road Un pequeño libro querido en todo el mundo y un puente intemporal de los mares uniendo gente que ama Nueva York y Londres y Literatura.
Junio 1, 1956.     
…Decidí que había llegado el momento de hacerme un verdadero apartamento con muebles de verdad…y firmé un contrato de arrendamiento sobre un (pequeño estudio)... quiero vivir como una dama incluso si esto significa echar fuera a Inglaterra hasta que se ha pagado...
 Oh, la nueva dirección: Después del 1 de septiembre, 305 Este 72 St., Nueva York, NY 21

miércoles, 1 de abril de 2020

Top 5 de escritoras imprescindibles


En los últimos cinco años la industria editorial ha entrado en una carrera de fondo, las novedades editoriales entran y salen de las estanterías para dar paso a las siguientes. Es imposible estar al día, todo parece interesante y no sabemos por dónde comenzar.
Una feliz noticia es que muchas editoriales están apostando por descubrir y publicar autoras, reeditar algunas que habían caído en el olvido y potenciar voces de diversas partes del mundo.

Aquí compartimos información que te será de utilidad para seleccionar tus lecturas.

Antes de comenzar considera algunas de mis recomendaciones:
A   Al elegir un libro abre el abanico de posibilidades, viaja en el universo de las palabras y da un salto de un continente a otro, es un ejercicio muy interesante y divertido, conoce a autoras de todo el mundo. Ahora es posible.
B Intenta, entre lectura y lectura, variar de género. Actualmente las editoriales están apostando por variar sus catálogos: narrativa, ensayo, memorias, libros de cartas, relato o poesía. Aprovecha la variedad y atrévete a leer algo más que novelas.
C   Elige autoras, no títulos. Es habitual que un libro nos llame la atención por su portada, por su título o sencillamente por recomendación. Te invito a que indagues un poco más sobre la autora que deseas leer. Te puedes llevar una gran sorpresa.

Aquí va mi TOP 5 de autoras imprescindibles, te aseguro que después de haber leído a estas mujeres tu visión del mundo cambiará.

5. Samanta Schweblin. Vive en Berlín, pero su universo creativo sigue siendo su Argentina natal. Ha ganado varios premios y es considerada una de las mejores escritoras de su generación. Recientemente ha incursionado en la novela, pero mi preferido sigue siendo su antología de relatos Siete casas vacías (Páginas de Espuma, 2015). Samanta Schweblin es una voz que llegó para quedarse.

4. Svetlana Alexiévich. Premio Nobel de Literatura. Sus textos no te dejarán indiferente. Son denuncias de historias poco estudiadas u olvidadas. Si te atreves a leer un texto que no es una novela con final feliz, la recompensa es conocer a una autora imprescindible para entender el siglo XX. El primer libro que publicó en los años ochenta le costó amenazas y persecución del gobierno soviético. La guerra no tiene rostro de mujer (Debate, 2015) La guerra no té cara de dona (Raig verd, 2018) da voz a las mujeres que lucharon en la Segunda Guerra Mundial y que una vez concluida la contienda tuvieron que ocultar su pasado heroico para lograr la aceptación de una sociedad que las señaló y las marginó.

3. Yun Sun Limet. Sobre el sentido de la vida en general y del trabajo en particular (Editorial Errata Naturae, 2016). El nombre de esta autora coreana y el título seguramente no te dicen nada, pero es el claro ejemplo de que descubrir autoras nos sorprende. El libro puede leerse como notas para un ensayo sobre la historia del trabajo, como un libro de cartas, un libro de reflexiones o como una conversación a la que el lector, sin ser protagonista, puede entrar como invitado. A lo largo de 39 cartas dirigidas a tres destinatarios, la autora nos invita a reflexionar mientras avanzamos en la lectura de un texto muy personal; de la autora percibimos sus temores, la zozobra en la que se encuentra a causa de una afección —aunque este no es el tema central de sus reflexiones—; en su análisis valora la amistad y el acto voluntario de compartir el tiempo.
También te puede interesar el último libro de la escritora austríaca Andrea Köhler El tiempo regalado (Los Libros del Asteroide, 2018) El temps regalat (Angle editorial, 2018).

2. Chimamanda Ngozi Adichie se ha posicionado como la escritora nigeriana más mediática de los últimos años, pero que eso no te haga dudar a la hora elegir uno de sus libros. Algunos la definen como una escritora feminista, pero ella se reconoce a sí misma como una contadora de historias que se interesa por la textura de la vida no por las teorías. No es una estudiosa de temas de género, es una apasionada lectora de historias de la gente que observa. Todos sus libros, relatos, ensayos o novelas son excelentes. Puedes comenzar por su ensayo breve Todos deberían ser feministas (Literatura Random House, 2017) Tothom hauria de ser feminista (Grup 62), y seguir con los relatos Algo alrededor de tu cuello (Literatura Random House, 2017). No podrás parar.

1. Lucia Berlin es sin duda el redescubrimiento del siglo XXI. En vida sus relatos no gozaron de la difusión que merecían y después de dos décadas en el olvido por fin podemos disfrutar de dos antologías de relatos Manual para mujeres de la limpieza y Una noche en el paraíso (Alfaguara, 2015 y 2018). Manual per a dones de fer feines y Un vespre al paradís (L'altra editorial, 2016 y 2019)
Si creías que solo autores como Ernest Hemingway, Raymond Carver o Carson McCullers eran los maestros del relato norteamericano, debo decirte que estás en un error. El universo que crea Lucia Berlin nos traslada no solo a la América profunda, sino a lo más profundo del alma humana. Con ella viajamos a todos los lugares en los que vivió, desde Texas a Chile, o desde Albuquerque a Nueva York, pasando por el Pacífico mexicano. Fuerza, ingenio y dosis de humor hacen de Lucia Berlin la autora que todos queremos leer y no habíamos conocido. Te va a encantar.

Nota publicada en Escritoras en Red enero 2019



lunes, 30 de marzo de 2020

Miriam Toews


Miriam Toews © fotografía Fernando Moralez  
Miriam Toews, escritora y periodista canadiense, nació en Steinbach, Manitoba en 1964. A los 18 años dejó su ciudad natal, vivió en Montreal, Londres y viajó por Euro-pa. Estudió periodismo y cine en la Universi-dad de Manitoba y en el King's College, en Halifax. Ha sido productora de documentales de radio y ha escrito para varias revistas, como Canadian Geographic, The Guardian y The New York Times Magazine. 

Publicó su primera novela, Summer of My Amazing Luck en 1996, y con ella obtuvo el Premio John Hirsch de 1996 al escritor más prometedor de Manitoba. El texto fue adaptado al teatro por el dramaturgo Chris Craddock. Su segunda novela A Boy of Good Breeding, ganó el Premio al Libro del Año McNally Robinson de 1998.

Ha obtenido diversos premios como la Medalla de Oro del Premio National Magazine Award 1999, el Premio Alexander Kennedy Isbister 2000 en la categoría de No Ficción. Además ha recibido otros reconocimientos como el Premio Rogers Writers Trust Fiction 2008.

En 2007 participó en la película del director mexicano Carlos Reygadas Silent Light, ambientada en una comunidad menonita en el norte de México. Fue nominada a mejor actriz en los Premios Ariel de la Academia Mexicana de Artes y Ciencias Cinematográficas por su actuación en la película. 





En sus primeros trabajos Toews aborda temas que conoce, que ha vivido, como ser madre soltera muy joven, sin apoyo familiar y todo lo que eso implica, también habla sobre sus miedos, su dolor por la pérdida, la violencia contra las mujeres, siempre buscando desdramatizar las situaciones, con un poco de ironía, humor y tratando de iluminar, de alguna manera, los puntos más obscuros del alma humana.

«Mi objetivo siempre es contar una historia y crear personajes que conmuevan
al lector. Pero, por supuesto, soy feminista. Tengo la necesidad de desafiar ese status quo que he experimentado.»

No fue hasta la muerte de su padre que comenzó a escribir sobre la comunidad menonita y sus particularidades, una realidad que conocía muy bien, pero que no quiso publicar para no molestar a su padre, un hombre conservador, un profesor entregado a su trabajo y muy reservado, debido a su problemas de depresión.

Libros de Miriam Toewa Editorial Les Hores

En Les tristes recances (Editorial Les Hores), aborda con valentía y humor el derecho a decidir sobre la propia vida. Sus textos transitan entre experiencias y personajes ficcionados (como su madre y su hermana, quienes siempre la apoyaron en su búsqueda personal) su visón crítica sobre la comunidad en la que creció, y sus propias preguntas. Los grandes temas universales están presentes, la muerte, el amor, la amistad, la libertad.

Elles parlen (Ellas hablan) novela finalista de los premios Governor General's Awards 2018 publicada en 2020 publicada por las editoriales Les Hores (Català) y Sexto Piso (castellano). 

Miriam Toews describe la novela como "una reacción a través de la ficción" a los eventos de la vida real que tuvieron lugar entre 2005 y 2009 en la colonia de Manitoba, una comunidad menonita remota en Bolivia. Las niñas y las mujeres se despertaban regularmente por las mañanas para descubrir que habían agredidas sexualmente. La "respuesta ficticia" de Toews se centra en ocho mujeres de diferentes edades que, después de sufrir las agresiones, deben determinar qué hacer a continuación. 

La novela se presenta como el acta de las reuniones de mujeres, tomadas por el maestro de escuela de la colonia, que tiene experiencia en el mundo exterior, ya que ellas solo hablan Plautdietsch, un dialecto alemán no escrito. 

Una novela que habla sobre temas como la protección, la educación, la fe, sobre todo sobre el perdón.


Sesión dedicada a Miriam Towens en Dones Inexplicables grupo de lectura en librería La Inexplicable con la colaboración de Editorial Les Hores


viernes, 27 de marzo de 2020

Vivian Gornick


Fotografía de Jilll   Krementz (2001)

Vivian Gornick (Nueva York, 1935).[1] Hija de padres judíos de origen ucraniano. Entre 1957 y 1960 estudió Literatura en el City College y un posgrado en la Universidad de Nueva York. Ha sido profesora en la Universidad Estatal de Nueva York en Stony Brook en 1966-1967 y en Hunter College en 1967-1968. Ha trabajado como periodista para el Village Voice y escrito para publicaciones como The Nation o The New York Times. Ha publicado 11 libros e innumerables artículo y ensayos.

«El feminismo me dio una forma de verme en la cultura, en la sociedad, en la historia, y eso fue muy importante. Luego, el psicoanálisis me mostró que podía ser neurótica porque era una niña, pero, como Chekhov podría haber dicho, yo solo tuve que sacarme a la esclava, gota a gota. Entonces, entre Freud y los derechos de las mujeres, usar esas dos perspectivas brillantes era obtener una posición estratégica desde la cual, como solíamos decir, podía verme a mí misma tanto a nivel personal como político. Y sí, eso me dio un lenguaje.»

Entrevista de Madeleine Schwartz para The Believer (marzo, 2014)

El feminismo y escritura
En 1970 cuando trabajaba para Village Voice, recibió el encargo de investigar sobre un grupo del Movimiento de libración femenino que se reunía en Bleecker Street -en esa época una zona bohemia- Vivian Gornick entró ahí para cubrir como reportera el evento y dice que “salió feminista”. Lo que ocurrió fue que se dio cuenta que las mujeres de su generación no habían sido educadas para tomar en serio lo que pensaban. No se convirtió en una activista del feminismo pero se convirtió en escritora.
Vivian Gornick ©Sarah Shatz

El feminismo no le dio una motivación para escribir, sino que le permitió tener una mirada personal de las historias que quería contar y construir su propio lenguaje.
El feminismo le llevó también a buscar sus propias respuestas personales, no tenía claro que estaba en una búsqueda interna, tomó decisiones poco sensatas como sus dos matrimonios, en los que desde el principio se sintió incómoda por sentirse obligada a ser la mitad del otro, todo eso que formaba parte de su educación y de un mundo donde no acababa de encajar. La escritura le permitió exponer ante sí misma sus ideas, analizarlas y encontrar la claridad que buscaba.
Para ella fue revelador encontrar en la escritura su propia liberación, logró experimentar una gran emoción mientras encontraba las palabras precisas para expresar sus impresiones, desde entonces tuvo claro que ese era su oficio, el que le permitía tener la certeza de quien es.

© Berenice Abbott Manhatan(1936)

«[..] No recordaba ninguna ocasión –excepto cuando había alguna nevada– en que en Broadway no hubiese nada de tránsito ni un solo momento. Parecía una escena de otra época. Como una fotografía de Berenice Abbott»
La mujer singular y la ciudad

Realidad o ficción: las historias feroces
La autora se reconoce como desordenada, cambiante, inconsistente. Ella misma dice que «Muchas personas no me reconocen en carne y hueso después de haberme leído, porque lo que hago en la página es crear una personalidad de una parte de mí que cuenta una historia. La historia es todo»[2]

Vivian Gornick no cuenta la realidad, cuenta la historia que quiere contar. Las anécdotas solo son parte de la construcción de sus relatos, pero la narración “verdadera” de su vida no tendría el interés que causa sobre el lector si no hubiese un trabajo de construcción basado en la dramatización de sus anécdotas. La fidelidad a la verdad no es el elemento central de su trabajo como escritora, lo que le preocupa es ofrecer a sus lectores una historia. Ella cuenta su versión de sus recuerdos, de lo que vivió, de las personas que conoció, su versión de su propia experiencia.
La línea de lo público y lo privado es complicada, debido a alguna mala experiencia, tiene cuidado de lo que cuenta y cómo lo cuenta, porque nunca es su intención lastimar ni hacer daño. Aunque no hace ficción, si hace narrativa y trata sus memorias como historias, y ese es un trabajo delicado, porque toca no solo su vida sino la vida de otras personas.
Considera que la memoria es un género, a diferencia de la ficción, que ofrece la posibilidad de dar al lector una narración que no se agota, es decir, la narración es una necesidad del ser humano para explicar y explicarse y por eso es inagotable.

«…el amor es necesario pero insuficiente para tener una vida, para entender quién eres.» (*)

El amor por ejemplo, hacer una novela romántica, parece pasado de moda, suena artificial, pero hablar de amor, de la conexión entre personas, sigue siendo importante. Vivian Gornick dice que «el amor no puede seguir siendo una metáfora» y que si se intenta hacer literatura con eso no funciona. Hablar de la convivencia humana, es el tema por excelencia de la literatura; el amor, la amistad, son temas que interesan y seguirán interesando, si se encuentra la manera de contarlos.
En Apegos feroces, la autora cuestiona la educación que enseñó a las mujeres a creer en el amor romántico, a esperar y desear una vida ideal sin cuestionarse quienes eran y a mantenerse subordinadas a los deseos de los otros (familia, marido, sociedad, etc.).

Pero también plantea la contraparte, conquistar la liberación también tuvo su precio, no ser esposa y ama de casa requiere el esfuerzo de la constante reivindicación de una postura que no acaba de quedar clara; la igualdad no ha llegado y una mujer sin vida vinculada a la vida familiar o de pareja ha sido y sigue siendo cuestionada.



                            Editorial Sexto Piso

  • Apegos feroces (2017) Traducción Daniel Ramos Sánchez
  • La mujer singular y la ciudad (2018) Traducción Raquel Vicedo
  • Mirarse de frente (2019) Traducción Julia Osuna Aguilar


                                        L'altra editorial

  • Vincles ferotges. La dona singular i la ciutat (2017) Traducció de Josefina Caball
  • Mirar-nos de cara (2019) Traducció de Martí Sales 






[1] Tresa Grauer Vivian Gornick Jewish Women's Archives Encyclopedia
[2] Madeleine Schwartz «Entrevista aVivian Gornick», The Believer, 2015  
 (*) Andrea Aguilar «Vivian Gornick la feminista feroz» Babelia, El País, 26/07/2017