jueves, 9 de marzo de 2017

La guerra no tiene rostro de mujer

Fotografía © Maria Kabakova
Svetlana Alexiévich (31 de mayo, 1948) Nació en la ciudad ucraniana de Ivano-Frankovsk (antes llamada Stanislav). De padre bielorruso y madre ucraniana. Después de que desmovilizaran a su padre del ejército, la familia volvió a Bielorrusia y sus padres trabajaron como maestros de escuela. (El abuelo paterno era también un profesor de escuela rural.) Trabajó como reportera en un periódico local de la ciudad de Narovl, región de Gomel. Estudió periodismo en la Universidad de Minsk y al concluir sus estudios fue enviada a la ciudad de Beresa, región de Brest (cerca de la frontera con Polonia), para trabajar en el periódico local, y como profesora de 

historia y alemán. Fue en ese momento de su vida que se planteó continuar ejerciendo la tradición familiar de la enseñanza, el trabajo académico o el periodismo. Desde muy joven y durante su época universitaria ya escribía poesía, cuento, ensayo o reportaje. Según sus propias palabras fue el escritor bielorruso Alès Adamòvitx quien influyó de manera decisiva en la elección de su propio estilo.
«He estado buscando un método literario que permita la aproximación más cercana posible a la vida real. La realidad siempre me ha atraído como un imán, me torturó y me hipnotizó, quería capturarla. Así que inmediatamente me apropié de este género de voces y confesiones humanas reales, testimonios de testigos y documentos, así escucho y veo el mundo como un coro de voces individuales y un collage de detalles cotidianos. Así es como mi ojo y mi oído, todo mi potencial mental y emocional se realiza plenamente, de esta manera puedo ser simultáneamente escritor, reportero, sociólogo, psicólogo y predicador.» 1

Su primer libro La guerra no tiene rostro de mujer escrito en 1985, permaneció dos años en una editorial pero no fue publicado, sobre las espaldas de la autora recaían algunas acusaciones de anticomunista y se le consideraba una periodista disidente con sentimientos antisoviéticos.  Finalmente el libro se publicó en 1985.
Fotografía © Archivo personal de la autora

Esta novela-coro como la llama su autora, está compuesta por narraciones de mujeres soviéticas que participaron en la Segunda Guerra Mundial.

« Mi primer libro [La guerra no tiene rostro de mujer] Más de un millón de mujeres soviéticas estuvieron en el frente de la Segunda Guerra Mundial. Tenían entre quince y treinta años. Dominaban las diversas profesiones militares convirtiéndose en pilotos, conductores de tanques, ametralladoras, francotiradores y muchos otros. No eran sólo enfermeras y doctores como en las guerras anteriores. Sin embargo después de la victoria los hombres se olvidaron de esas mujeres. Los hombres robaron la victoria a las mujeres.
En mi libro las mujeres soldados hablan de esos aspectos de la guerra, que los hombres nunca mencionaron. No sabíamos nada de esa guerra. Los hombres describían sus hazañas mientras las mujeres hablaban de otra cosa. Por ejemplo, lo espantoso que era caminar por un campo cubierto de cadáveres, dispersos como patatas, todos muy jóvenes. Lo siento por todos ellos, tanto el ruso como los alemanes.
Después de la guerra, las mujeres tuvieron que luchar en otra guerra. Ocultaron sus identificaciones militares y certificados de heridas porque querían casarse.» 2

La guerra no tiene rostro de mujer
Autor: Svetlana Alexiévich
Traducción: Yulia Dobrovolskaia y Zahara García González
Editorial: Debate (2015)

La guerra no tiene rostro de mujer es un libro que despierta muchos sentimientos, conmueve, aterroriza, sorprende, cautiva; no es un libro del que fácilmente podamos decir “me gustó”, no fue escrito para eso. Su autora quiere contarnos una historia desconocida, olvidada, de la que nadie habla, ni escribe, pero que es necesario conocer. Las historias nacionales, las que detallan actos heroicos y sobre las que se construyen los fundamentos de un pueblo, son historias incompletas, porque la narración de la historia del poder es solo eso, la versión del vencedor, la historia de la Victora.
Svetlana Alexiévich tiene la habilidad de construir un relato en el que confluyen centenares de voces y testimonios, todas narran no solo el sufrimiento de la guerra, sino cómo lo vivieron, porqué lo hicieron, cómo formó parte de sus vidas.

La guerra no tiene rostro de mujer no es un relato sobre la guerra -la autora aclara que los recuerdos no son historia y tampoco son literatura- es un relato sobre los sentimientos del ser humano.
La historia de las mujeres soviéticas que participaron activamente en la guerra es la historia de sus vidas, la sus familias y sus pueblos, es una dolorosa historia llena de amor y esperanza, una historia que sin duda debemos conocer y de la que el mundo debería aprender.

Nota: 1-2 Citas de la autora tomadas de la Web oficial de Svetlana Alexiévich

Obras
1985: La guerra no tiene rostro de mujer, Editorial Debate, 2015
1985: Últimos testigos. Los niños de la Segunda Guerra Mundial, Editorial Debate, 2016
1990: Los muchachos de zinc. Voces soviéticas de la Guerra de Afganistán, Editorial Debate, 2016
1994: Fascinados por la muerte. No traducido al español.
1997: Voces de Chernóbil, Casiopea, 2002; Siglo XXI, 2006; Debolsillo, 2015; Debate, 2015. 2013: El fin del Homo sovieticus, Acantilado, 2015. Traducción al español de Jorge Ferrer.

Algunos premios
1996: Ryszard-Kapuściński, Polonia
1999: Premio Herder
2005: Premio del Círculo de Críticos Nacional del Libro
2013: Premio de la Paz del Comercio Librero Alemán
2015: Premio Nobel de Literatura, por 'su obra polifónica' que, de acuerdo con el jurado, es un monumento al valor y al sufrimiento en nuestro tiempo.


«Que no te den miedo mis lágrimas. No sientas pena por mí, me duele pero no importa, te estoy agradecida por permitirme recordar mi juventud»

K.S. Tijonóvich sargento, servidora de una pieza antiaérea 

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