lunes, 17 de mayo de 2021

Anna María Iglesia


Anna Maria Iglesia © CCCB, Miquel Taverna, 2019


La revolución de las flâneuses

La imagen del flâneur recorriendo las calles del París del siglo XIX se ha convertido en un icono cultural. Pero, ¿y las flâneuses? Ellas también existieron, aunque fueran invisibilizadas o denostadas. Su voluntad de hacerse presentes en el espacio urbano y reclamar una voz propia abrió paso a una serie de derechos que aún hoy necesitamos consolidar: derecho a ocupar las calles; derecho a mirar sin ser vistas; derecho a no consumir ni ser consumidas; derecho a existir en solitario; derecho a la autoría. Este recorrido crítico por la historia de las flâneuses, que reúne a un nutrido grupo de escritoras, pensadoras y activistas, es de plena vigencia y se convierte en todo un manifiesto literario y feminista que reivindica el caminar como acto de insubordinación. Anna María Iglesia (1986) es licenciada en filología italiana y en teoría de la literatura y literatura comparada, y doctora por la Universidad de Barcelona con la tesis «La narrativa del espacio urbano y de sus prácticas. El París del XIX y la flânerie». Periodista cultural, colabora con distintos medios —The Objective, El Confidencial, Letra Global, Turia, La esfera de Papel, Altaïr— donde escribe principalmente sobre literatura y el mundo editorial. Es redactora jefe de la revista Librújula en las ediciones en papel y digital. Además de lectora profesional se declara, sobre todo, lectora vocacional.

Editorial Wunderkammer (2019) colección Cahier, 3.

Anna María Iglesia (Barcelona, 1986). Licenciada en filología italiana y en teoría de la literatura y literatura comparada, y doctora por la Universidad de Barcelona con la tesis La narrativa del espacio urbano y de sus prácticas. El París del XIX y la flânerie. Periodista cultural, colabora con distintos medios como The Objective, El Confidencial, Letra Global, Turia, La esfera de Papel, Altaïr, en donde escribe principalmente sobre literatura y el mundo editorial. Es redactora jefe de la revista Librújula en las ediciones en papel y digital. Además de lectora profesional se declara, sobre todo, lectora vocacional.


Las paseantes incómodas

A lo largo de la historia los espacios de poder han sido y siguen siendo masculinos. Hemos avanzado, pero seguimos estableciendo pactos de convivencia condicionados por la autonomía económica y la capacidad de gestión de la organización personal y familiar.

©Ruth Orkin, 1951

Anna Maria Iglesia afirma que el cuestionamiento de esos esquemas es clave del cambio, de ahí que un texto como La revolución de las Flâneuses nos cuestiona sobre un tema siempre vigente, la conquista femenina del espacio urbano por derecho propio. El ensayo hace un recorrido crítico por la historia de la imagen y la presencia femenina fuera del entorno único y natural al cual ha sido recluida, el espacio doméstico.

«Para ellas [las flâneuses] apropiarse de las calles, entrar en aquellos espacios que hasta entonces estaban solo reservados a los hom-bres, era una manera de reivindicarse en el espacio público y de reivindicarse como ciudadanas de pleno derecho.»
Entrevista de Esther Peñas a Anna Maria Iglesia, Solidaridad Digital, mayo 2019.

El itinerario nos lleva desde la mirada a la libertad de caminar o viajar por el simple placer de conocer y disfrutar, de la falsa libertad de la autonomía a la conquista de de la identidad y del espacio propio.
Vivian Gornick declaraba en una entrevista:
 «Cuando yo era pequeña, si una mujer estaba sola y no se convertía en madre y esposa, se consideraba innatural. Por eso, a lo largo de los años, nos han llamado diferentes cosas: mujeres liberadas, mujeres libres, nuevas mujeres...Cada 40 o 50 años, cuando los derechos de las mujeres vuelven a reivindicarse, nos llaman una cosa diferente. Prefiero singulares. Algún día nos llamarán mujeres singulares. […] Formamos parte de un cambio social lento. Cuando era joven, pensábamos que hacíamos una revolució […] La estábamos haciendo, en el sentido de un cambio de la conciencia social. En una revolución, esperas que se produzca un cambio político, pero no es instantáneo. Tardé al menos cuarenta años en ver que es muy, muy lento. Hablamos de un cambio en los hábitos emocionales, y se tarda miles de años en conseguirlo, en rehacernos como seres humanos, de dentro afuera. En eso consiste el feminismo. Como la lucha del racismo: que los blancos vean a los negros como ellos. Va a ser interminable. Y es lo que pasa con las mujeres y los hombres: debemos vernos reflejados en el otro como seres humanos. Los hombres deberían vernos como criaturas humanas, no como instrumentos.»

Entrevista de Inés Martín Rodrigo a Vivian Gornick, ABC cultural, mayo 2018


La vigencia del concepto “paseante” nos atañe en cuanto somos conscientes de que todos, como ciudadanos, formamos parte del espacio urbano, y todos deberíamos habitarlo con la naturalidad de la existencia misma, pero como dice Gornick, la batalla no está ganada y parece que cada generación tiene que volver a reivindicar sus derechos.
Dice Anna Maria Iglesia que caminar es «un arte porque implica una crítica, una transgresión y una reivindicación, es una actividad que incomoda, que interpela al poder» y por tanto, sigue siendo un espacio por conquistar.

«[...] todavía hoy las mujeres tenemos que reclamar nues-tro derecho a la ciudad, un derecho que no puede sino sustentarse en la libertad que confiere el estar seguras en la ciudad, el sentirse legi-timadas y respetadas. El ser reconocidas como sujetos, nunca como objetos.»

Entrevista de Milo J. Krmpotic a Anna Maria Iglesia, Librújula , 2019.



es una convocatoria para que sigamos siendo 
paseantes incómodas.



Escritoras que caminan
Conversatorio entre Anna María Iglesia y Andrea Jeftanovic autora de Destinos errantes